Bienvenidos a esta versión gentrificada de El Aprenditivo, donde hoy nos subimos al tren —o quizá, al avión, al bus turístico y al tuk-tuk— del turismo de masas. Hoy vamos a hablar de cómo aquello de viajar por placer pasó de ser un lujo de emperadores romanos a convertirse en un fenómeno global, cosa que nos parece genial, pero también de cómo a día de hoy se ha transformado en algo que mueve millones de personas… y también millones de problemas.

Porque viajar ya no es solo descubrir, es también consumir, contaminar y, a veces, colonizar cámara en mano. ¿Cuándo empezó todo esto? ¿Quién se beneficia realmente? ¿Y qué pasa cuando tu ciudad se convierte en un decorado de Instagram? Ten los billetes a mano que embarcamos.